no hubo aguinaldo, pero...
Lo que yo pensaba que seria una semana tranquila en el trabajo, no lo fue. Todo pintaba para que el año laboral terminara como empezo: con mucho estres. Pero para mi fortuna no fue asi. A las 12:30 hrs del viernes se aparecio en la oficina uno de nuestros clientes favoritos. Los invito a comer, dijo. Aceptamos su oferta y nos dirijimos a Carlitos Gardel Restaurant. A la una de la tarde estabamos sentados en la mesa, la cual nos esperaba con una botella de vino. El tiempo se nos paso entre musica de tango, botellas de vino fino, deleitantes aperitivos, cortes de carne de 40 dolares, postres de ensueño, y por supuesto, historias sobre prostitutas y mujeres de la vida alegre. Al fin nos quedamos solos en el restaurante y la platica amena siguio su curso mientras haciamos la transicion del vino al cafe. A las 18:00 hrs decidimos que habiamos bebido, comido y hablado suficiente. Le agradeci a nuestro cliente su gesto bondadoso que me hizo sentir como un autentico burgues, y nos dirigimos cada uno a nuestra casa. No por nada, pero yo merecia una tarde asi desde hace mucho tiempo. Adios 2006, fuiste un año bien culero.